martes, 1 de agosto de 2017

Nacionalismo Revolucionario y Su Impacto Sociocultural

La Reconstrucción Nacional e Institucionalización de la Revolución Mexicana en el periodo de 1920-1940, fue un proceso lleno de dificultades y tropiezos. Posterior a la Revolución de 1910, existía un escenario denso para el gobierno federal encabezado por el entonces presidente de México Álvaro Obregón, quien tuvo que redoblar esfuerzos para afianzarse en el poder y de ahí tratar de impulsar la institucionalización de los ideales revolucionarios. Este esfuerzo se centró básicamente en cuatro rubros: (1) someter al ejército, (2) impulsar el reparto agrario, (3) poner en marcha una política educativa de alcance nacional y (4) esforzarse en conseguir el reconocimiento diplomático de Estados Unidos.
          Para el año de 1921, la presidencia de Álvaro Obregón consiguió que el Poder Legislativo reformara el artículo 3° de la Constitución de 1917 con el objetivo de cumplir un antiguo anhelo porfirista, el cual consistía en que la acción educativa federal llegara a todo el país, con lo cual se formó la Secretaria de Educación Pública (SEP) y se nombró como secretario a José Vasconcelos, quien era un oaxaqueño que fue militante maderista, convencionista en Aguascalientes y rector de la Universidad Nacional de México en 1920.  Como señalan Luis Aboites y Engracia Loyo “uno de los principales propósitos de la SEP era combatir el analfabetismo que afectaba al 77% de la población del país” (Aboites & Loyo, La construcción del nuevo Estado, 1920-1945, 2011, p. 601).
          Destaca que el gobierno federal encargó a la SEP la responsabilidad de construir una identidad nacional y de formar un hombre nuevo, sano, moral y productivo a través de la difusión de la lengua nacional para homogenizar a los mexicanos y poner fin a las dificultades generadas por la diversidad cultural. Al respecto Aboites y Loyo apuntan que:

En realidad, el gobierno federal intentaba poner en marcha una empresa cultural sin precedentes. La SEP contrato entre otros a Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros para pintar los muros de algunos edificios públicos de la capital del país. En esos murales se insistía en diversos episodios de las luchas populares, entre ellos la Revolución de 1910, que se mostraba como la lucha de los más pobres y explotados por alcanzar la justicia social; asimismo se subrayaba el compromiso del nuevo régimen político con esos sectores mayoritarios. Los pinceles de esos pintores contribuyeron a la elaboración de un discurso sobre la nueva nación que dejaba atrás aquella sustentada en los caciques y privilegiados del régimen de Porfirio Díaz (Aboites & Loyo, La construcción del nuevo Estado, 1920-1945, 2011, p. 602).

En este contexto, se produjo un cambio en las diferentes estructuras sociales, políticas, económicas y culturales que se manifestaron en la gestación de un nuevo pensar y vivir en los mexicanos, el cual era la antítesis del afrancesamiento cultural del Porfiriato. Es decir, se pasó de una sociedad porfirista permeada por la cultura francesa a una sociedad nacionalista donde se construyó la identidad mexicana a partir de un proceso de mexicanización, donde los estereotipos del charro, la china poblana y las canciones bravías son ejemplos de esta identidad nacional. Dicho en otros términos:

Al finalizar el movimiento armado, la educación, las letras y las artes se fueron guiando al nacionalismo y se dan paralelamente corrientes que tienen como objetivo los valores y la cultura de pertenencia al país, conforme el país avanzó y comenzó la transformación de la economía agraria industrial, la vida social también cambió, y se fue percibiendo un cambio de lo rural a lo urbano planteándose así una especie de cosmopolitismo en los ámbitos artísticos y culturales, a partir de los años cuarenta (De la O, Hernández, Fuentes, & Rodriguez, 2016).

Así, la presente temática Nacionalismo Revolucionario y su Impacto Sociocultural, nos invita a encontrarnos con las representaciones del nacionalismo revolucionario en manifestaciones artísticas de este periodo histórico. De tal suerte, es importante destacar que los gobiernos posrevolucionarios defendieron e impulsaron los logros de la Revolución de 1910, tales como la justicia social, la participación del pueblo en el ámbito político, el reparto de tierras, la defensa de la soberanía nacional y mejora de condiciones laborales.
Como parte de esta tarea, estos gobiernos posrevolucionarios impulsaron la elaboración de representaciones plásticas relacionadas con la lucha revolucionaria, sus conquistas y personajes destacados. Al mismo tiempo surgió una inquietud en algunos artistas e intelectuales por definir la identidad nacional que se había gestado siglos atrás. A partir de 1920, este sentimiento nacionalista adquirió nuevas características, principalmente temáticas y expresivas. Por ello estos gobiernos apoyaron a muchos de estos artistas, en particular a los muralistas. No obstante, el nacionalismo revolucionario también se manifestó a través de otras expresiones artísticas como la música, la poesía y la literatura.

Ahora bien, se elige al muralismo mexicano para explicar al nacionalismo revolucionario como un movimiento artístico e intelectual, que transformó profundamente la cultura mexicana, al contribuir a consolidar la identidad nacional y a la definición de lo mexicano. Por ello, se propone que veas los vídeos "La Historia no contada de México 1 Los Muralistas", "Los Muralistas Mexicanos" y "Discutamos Mexico, XI La transición democrática 71.- El arte y la Revolución, el muralismo", para que hagas un acercamiento a las  características del nacionalismo revolucionario a través de estos materiales que te permitirán conocer, analizar y explicar algunas obras distintivas de esta corriente pictórica. 








Fuentes consultadas:

Aboites, L., & Loyo, E. (2011). La construcción del nuevo Estado, 1920-1945. En E. Velásquez García, Nueva Historia General de México (págs. 595-651). México: El Colegio de México.

Beard, R. (4 de octubre de 2012). Muralistas mexicanos. Obtenido de Cultura colectiva: http://culturacolectiva.com/los-muralistas-mexicanos/

Brom, J. (2005). Esbozo de historia de México. México, D. F. : Grijalbo.

Carpy Navarro, P. J., López Rodríguez, E., Almanza Huesca, B. A., García Rivera, J. D., & Sánchez, A. L. (2000). México, su proceso histórico. De Oasisamérica a la República restaurada. México: CCH/Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial.

Cortés, E. (s.f.). Muralismo Mexicano. Obtenido de El Portal Academico: http://www.elportaldemexico.com/arte/artesplasticas/muralismo.htm

De la O, A., Hernández, A., Fuentes, J., & Rodriguez, K. (15 de abril de 2016). Nacionalismo Revolucionario y su impacto socio-cultural. Obtenido de http://nacionalismorevolucionario20-40.blogspot.mx/

Educativa, T. (Dirección). (2009). Hist2 32 Nacionalismo revolucionario [Video].

ENCCH. (2003). Programas de Estudios de Historia de México I y II. Obtenido de http://www.cch.unam.mx/sites/default/files/plan_estudio/mapa_histmexiyii.pdf

Exteriores, S. d. (s.f.). El Muralismo Mexicano. Obtenido de Consulado General del México en Atlanta: https://consulmex.sre.gob.mx/atlanta/index.php/component/content/article?id=299:movimiento-muralista-mexicano

Gallo T. , M. Á., Ruíz Ocampo, H., & Franco Torres, M. (2006). Historia de México contemporáneo II. Mexico, D.F. : Quinto Sol.

MacGregor Gárate, J., Herrera-Lasso Mantilla, A. L., Ibarrola Zamora, B. M., & Ruiz Guerra, R. (2009). Historia de México. México, D.F.: McGraw-Hill.

Mendoza Ramírez, O., Sánchez Ramírez , E., Reyes Juárez, R. A., Valencia Castrejón, S., & Hernández Márquez, V. (2009). Raíces del Estado y la Nacionalidad mexicana. Historia de México 1. México: CCH/Departamento de actividades Editoriales de la Secretaria de Servicios de Apoyo al Aprendizaje.

Ovando, C. (s.f.). El Movimiento Muralista Mexicano. Obtenido de Contacto Magazine: http://www.contactomagazine.com/muralmex.htm